El artista juega: son aquellas piezas en que el proceso y el resultado de las mismas involucra un proceso de los cuatro rasgos definitorios de Jane McGonigal (McGonigal, 2011): hay un objetivo, hay reglas autoimpuestas por el artista, un sistema retroalimentación, y la participación voluntaria. Ledezma lo concreta en la obra de 1995 de Gabriel Orozco: “Hasta encontrar otra Schwalbe amarilla”. Difícilmente se podría objetar algo a su postulado

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