GÉNEROS PERIODÍSTICOS
SECCION 1: Normas generales
2.1. Uso del idioma. El propósito al redactar cualquier noticia es comunicar hechos e
ideas a un público heterogéneo. Por tanto, el estilo de redacción debe ser claro, conciso,
preciso, fluido y fácilmente comprensible, a fin de captar el interés del lector.
2.2. Los periodistas han de escribir con el estilo de los periodistas, no con el de los políticos,
los economistas o los abogados. Los periodistas tienen la obligación de comunicar
y hacer accesible al público en general la información técnica o especializada. La presencia
de palabras eruditas no explicadas refleja la incapacidad del redactor para comprender
y transmitir una realidad compleja. El uso de tecnicismos no muestra necesariamente
unos vastos conocimientos, sino, en muchos casos, una tremenda ignorancia.
2.3. Los periodistas deben cuidar de llamar a las cosas por su nombre, sin caer en los
eufemismos impuestos por determinados colectivos. Así, por ejemplo, el ‘impuesto revolucionario’
debe ser denominado extorsión económica, al ‘reajuste de precios’ deberá
llamársele subida, y nunca una policía ‘tuvo que’ utilizar medios antidisturbios, sino
que, simplemente, los utilizó.
2.4. El periódico se escribe en castellano, y la regla general es que no deben usarse palabras
de otras lenguas, incluidos el catalán, el gallego o el vascuence, mientras existan
sinónimas en castellano. Esta norma no tiene más excepciones que las expresamente
recogidas en este libro.
El criterio seguido en tales casos ha sido aceptar las palabras no castellanas impuestas
por su uso generalizado, de las cuales gran parte incluso se escriben en redonda (por
ejemplo, ‘whisky’); las que no tienen una traducción exacta (por ejemplo, ‘strip-tease’,
el ‘green’ del golf) y las que, de ser traducidas, perderían parte de sus connotaciones
(por ejemplo, ‘ika stola’, ‘geisha’, ‘calçots’).
2.5. Las palabras no castellanas se escriben en cursiva, salvo las excepciones recogidas
en el Libro de estilo, y desde luego, con la acentuación, el género o los plurales que les
corresponden en su idioma original.
2.6. Los términos empleados deben ser comunes, pero no vulgares. Cuando haya que
incluir vocablos poco frecuentes —por estar en desuso o por ser excesivamente técnicos—,
es preciso explicar al lector su significado.
2.7. Las frases deben ser cortas, con una extensión máxima aconsejable de 20 palabras.
Sujeto, verbo y predicado es regla de oro. No obstante, conviene variar la longitud y
estructura de las frases y los párrafos. Es una forma de mantener el interés. Cambiar la
forma, el orden y los elementos de las frases resulta más importante incluso que cambiar
su longitud. Repetir la misma estructura es el camino más seguro para aburrir al lector.
El empleo de las normas básicas de este Libro de estilo no implica el uso de una escrit ura
uniforme en todo el diario, puesto que son compatibles con la riqueza, la variedad y
el est ilo personal.
2.8. Es preferible utilizar los verbos en activa y en tiempo presente. Esto acerca la acción
al lector. No sería aconsejable esta frase: ‘Felipe González dijo ayer que él seguía
siendo el presidente del Gobierno y que fue investido con mayoría absoluta’, si se puede
sustituir por esta otra: ‘Felipe González dijo ayer que sigue siendo el presidente del Gobierno
y que obtuvo la mayoría absoluta en su investidura’.
2.9. En las informaciones siempre han de quedar bien claras las circunstancias de tie mpo
en que se produce la noticia. Estas circunstancias deben estar referidas a la fecha de
publicación del periódico. El corresponsal escribirá siempre su texto en el supuesto de
que aparecerá al día siguiente (por tanto, el mañana del cronista ha de transformarse en
su información en el hoy del lector); corresponde a los editores modificar estas circunstancias
de tiempo cuando la publicación de la noticia haya de ser pospuesta.
2.10. Si en una información se hace referencia a un día anterior, siempre que se trate de
la misma semana se preferirá la mención concreta de ese día (‘el martes pasado’) al uso
de un adverbio (‘anteayer’).
2.11. Rigor. La información debe ser exacta. Hay que evitar expresiones como ‘varios’,
‘un grupo’, ‘algunos’, ‘numerosos’…, para sustituirlas por datos concretos.
2.12. En los casos conflictivos ha y que escuchar o acudir siempre a las dos partes en
litigio.
2.13. No hay que abusar de frases como ‘declararon a EL PAÍS’, ‘según ha podido saber
EL PAÍS’ y otras análogas. Expresiones como éstas deben reservarse para las informaciones
de carácter exclusivo o excepcional.
2.14. Las muletillas como ‘…en declaraciones hechas en exclusiva a EL PAÍS’, u otras
análogas, están prohibidas. Tener una información en primicia o exclusiva es algo que
ha de enorgullecer íntimamente al periodista, pero que no debe traspasarse al lector. Ya
se encargará él, si así lo considera, de valorar este esfuerzo informativo.
2.15. Las dificultades que haya tenido el redactor para obtener los datos de su información
tampoco interesan, salvo cuando tales trabas son noticia en sí; es decir, cuando
añaden información.
2.16. El autor de un texto informativo debe permanecer totalmente al margen de lo que
cuenta, por lo que no podrá utilizar la primera persona del singular —salvo casos excepcionales
autorizados por el redactor jefe de Edición o quien le sustituya— ni del plural
(ni siquiera expresiones como ‘en nuestro país’, puesto que el periódico se lee ta mbién
fuera de España, o en España por personas extranjeras).
El adjetivo posesivo ‘nuestro’ incluye en ese caso al lector y al informador, las dos pe rsonas
que se comunican, y el lector no tiene por qué ser español (y en algunos casos
tampoco el periodista).
2.17. Edad. Los años que tenga el protagonista de una noticia, entrevista o reportaje
constituyen un dato informativo de primer orden. Por tanto, debe incluirse siempre, a no
ser que se trate de una noticia sobre un personaje sobradamente conocido. En ocasiones,
además de la edad, son datos relevantes el estado físico o mental del personaje.
2.18. Hay que evitar expresiones tan desafortunadas (y frecuentes) como ‘una joven de
33 años’. La norma es la siguiente: bebé, menos de un año; niña o niño, de 1 a 12 años;
joven y adolescente, de 13 a 18 años; hombre o mujer, más de 18 años; anciana o anciano,
más de 65 años. Este último término, sin embargo, sólo debe emplearse muy excepcionalmente,
y más como exponente de decrepitud física que como un estadio de edad.
En tales casos, sosláyese con expresiones como ‘un hombre de 65 años’.
2.19. Vayan entre comas o entre paréntesis, no debe suprimirse la preposición de delante
del número con los años de la persona. Ejemplos: ‘Juan López, de 25 años’, o ‘Juan
López (de 25 años)’, pero no ‘Juan López, 25 años’ ni ‘Juan López (25 años)’.
2.20. Citas. Jamás ha de escribirse que un personaje ha insinuado algo si no se reproduce
a continuación la expresión textual, de modo que el lector pueda corroborar la interpretación
del periodista o discrepar de ella.
2.21. Las citas o reproducciones literales de un texto irán entrecomilladas, no en cursiva.
Hay que distinguir entre lo que es una cita textual y lo que es parafrasear un dicho.
2.22. La cita de una frase escrita o pronunciada en un idioma distinto al castellano no
obliga a escribirla en cursiva; la cursiva se emplea para los neologismos o palabras sueltas
no castellanas, pero no para frases enteras.
Se recomienda no abusar de citas en lengua no castellana. Se supone que la persona que
escribió o pronunció una frase, si no habla español, lo hizo en su idioma (lo noticiable
sería exactame nte lo contrario). Este cultismo impediría al lector la comprensión del
texto. La norma es igualmente válida, o especialmente válida, en los gritos o lemas, en
casos como el de una manifestación. Si aun así se hace una cita en una lengua distinta al
castellano —por ejemplo, para aclarar o matizar lo dicho—, entonces se añadirá la traducción
entre paréntesis.
2.23. Cuando una cita encierra otra, la primera llevará comillas dobles, y la segunda,
simples. En el caso de que el principio o el final de las dos citas sea el mismo, sólo se
usarán las comillas dobles.
2.24. Es una incorrección sintáctica emplear el que cuando se hace una cita en estilo
directo. Ejemplo: Pinochet dijo que ‘yo voy a garantizar el orden’. Para expresar las
palabras tal como fueron dic has no debe utilizarse el que, y sí los dos puntos y las comillas.
Ejemplo: Pinochet dijo: ‘Yo voy a garantizar el orden’.
En cambio, en estilo indirecto sobran estos dos signos ortográficos, y ha de ponerse el
que. Ejemplo: ‘Pinochet dijo que él va a garantizar el orden’ (véase el apartado 12.41
del Manual).
2.26. Medidas. Las cantidades de peso, longitud, superficie o volumen jamás deben
expresarse en cifras inferiores a la unidad, sea cual fuere ésta. Se prefiere escribir
‘nueve milímetros’ a ‘0,9 cent ímetros’. Otra cosa es que la cantidad contenga una
milímetros’ a ‘0,9 centímetros’. Otra cosa es que la cantidad contenga una fracción; por
ejemplo, ‘11,200 kilogramos’. Tampoco deben emplearse las abreviaturas. Lo correcto
es escribir ‘90 centímetros’ y no ‘90 cm’. Las abreviaturas sólo pueden usarse en tablas
o cuadros estadísticos. Normas internacionales sobre símbolos: sin punto, mayúsculas y
minúsculas, plurales. Iranor.
2.27. La presentación. Las páginas cuyos textos se vinculen a un solo tema podrán tener
una presentación, por encima del titular principal. Este párrafo no sustituye a la entrada
o lead. Debe centrar el asunto del que se trate y englobar el contenido de todos los artículos
de la página o páginas que abarque.
2.28. La entrada. La entrada puede tener un tratamiento tipográfico distinto al del cuerpo
de la información. Principalmente en estos dos casos:
2.29. Las fichas. Las fichas que preceden a una crítica de libros, obras de teatro, películas,
exposiciones, conciertos, grabaciones musicales, corridas de toros o encuentros deportivos
constituyen datos informativos de suma importancia y normalmente prestan un
gran servicio al lector. Deberán contar siempre con los mismos datos o elementos, y
siempre escritos por el mismo orden, según se detalla más adelante. En todos los casos,
los datos más importantes irán escritos en negrita.
Las fichas deben preceder a la firma del autor de la crítica o crónica.
El orden que deben guardar las fichas, según los casos, es el siguiente:
- Libros: título de la obra, nombre del autor, del traductor si lo hay, de la editorial, de la
colección si fuera el caso, ciudad y año de publicación, número de páginas y precio. - Obras de teatro: título, nombre del autor, del adaptador si fuera el caso, del director,
de los principales actores, del autor de los decorados, del local y ciudad donde se repr esenta
y fecha de estreno. Finalmente, el precio de las entradas (la más cara y la más barata). - Exposiciones: en este caso, el primer elemento ha de ser el que le dé unidad. Si se
trata de las obras de un solo autor, la ficha comenzará con el nombre. Le seguirá el número
de obras presentadas, las características técnicas de éstas (óleos, esculturas, etcétera),
el nombre y dirección de la galería, así como el de la ciudad. Cuando se trate de una
exposición colectiva, se citará en primer lugar el título o motivo de ésta y, a continua22
ción, los nombres de los artistas o su número; si fueran muchos, la cantidad de obras
presentadas, sus características técnicas, el nombre y dirección del local, la ciudad y las
fechas en que permanecerá abierta. Igualmente, se incluirá el precio medio de las obras. - Conciertos y recitales: también en este caso depende de lo que prime. Si lo importante
es el autor, el director o el solista, su nombre figurará en primer lugar, y a continuación,
los títulos de las obras interpretadas (en el caso de la música clásica), nombre de la
orquesta o coral, del autor musical y del autor de los arreglos, del director, de los solistas,
del local, la ciudad y la fecha. En el caso de primacía de la orquesta o coral, éste
será el primer eleme nto de la ficha, seguido de los títulos de las obras interpretadas (si
se trata de música clásica), nombres de sus respectivos autores, del autor de los arreglos
musicales, del director, de los solistas, del local, la ciudad y la fecha. Asimismo, se incluirán
el número de asistentes y el precio de las localidades (la más cara y la más barata). - Grabaciones musicales: deben iniciarse con el título del disco o casete, que pue de ser
el nombre de una orquesta, de un conjunto, de un vocalista o de un músico. A continuación
se escribirán los títulos de las obras incluidas, los nombres de sus autores si fueran
relevantes, las características técnicas de la grabación (estereofónico, larga duración,
sencillo, etcétera), así como el nombre de la casa registradora, la ciudad y la fecha de
edición del disco o casete, así como su precio. - Encuentros deportivos: dada la gran variedad de especialidades deportivas, se empleará
una fórmula general cuyo uso concreto variará según el deporte y la importancia
del partido; la ficha, si se incluye, debe contener al menos el resultado del encuentro, las
alineaciones de los contendientes, el nombre del árbitro o juez, el número de espectadores
y, siempre que el dato sea accesible, la recaudación en taquilla. En el caso de que el
espectáculo sea televisado, se añadirá el dinero recibido por este concepto. - La lidia: la ficha debe iniciarse con el primer apellido del ganadero o nombre simplificado
de la ganadería (Miura, Jaral), en negrita. A continuación, y separados de aquél
con una barra, se escribirán los primeros apellidos de los espadas o rejoneadores, ta mbién
en negr ita. Cuando la corrida se anuncie con toros de seis ganaderías —caso de las
corridas-concurso— o con seis espadas, se consignará así: ‘Seis ganaderías/ Seis matadores’
o ‘Concurso/ Seis matadores’. En bloque distinto se describirán las características
de los toros, y el resumen técnico de la actuación de cada torero (reseña detallada de
pinchazos, estocadas, descabellos, avisos y, entre paréntesis, el resultado artístico —
orejas, pitos, silencio, etcétera—, sin juicio crítico alguno). Hasta aquí, todos los nombres
artísticos se escribirán completos, tal como se anuncian en los carteles (Eduardo
Miura, El Jaral de la Mira, Luis Francisco Esplá), en negrita. Finalmente, se indicarán la
plaza donde se celebró la corrida y la fecha, así como el número asistentes y, en su caso,
el tipo de festejo de que se trata (2ª corrida de feria; corrida de la Prensa). Siempre
que sea posible, se añadirá la recaudación en taquilla.
Las fichas que no precedan a una crítica, sino que formen parte de un noticiario (‘libros
recibidos’, ‘novedades discográficas’, etcétera), se atendrán igualmente a las normas
anteriores en cada caso.
2.30. Transmisión. En caso de dictar una información por teléfono, el autor cuidará de
deletrear las cifras siempre. Igual hará con los nombres de grafía dudosa, por conocida
que sea la persona citada; hasta el extremo, por ejemplo, de indicar si ésta escribe con g
o con j un apellido tan común como ‘Jiménez’.
Cuando se manden las informaciones por teletipo o télex, las cifras se escribirán de
acuerdo con las normas sobre el empleo de los números, pero se repetirán a continuación,
siempre, con todas sus letras y entre paréntesis, a fin de evitar los errores que pudiera
provocar una deficiente transmisión.
Los textos transmitidos al periódico deben ir encabezados también por un titular, independientemente
de que éste pueda ser modificado después en la Redacción.
Si se utiliza un teclado que carece de algún signo que haya de escribirse, el autor está
obligado a indicar claramente, al principio de la transmisión, cuáles otros empleará como
sustitutivos. Así puede ocurrir con la eñe, en castellano; con la ele palatal (l.l), en
catalán, o con la cedilla (ç), en francés.
Al pie de toda información o mensaje interno remitido por estos medios deben constar
la hora y fecha del envío. En el caso del extranjero, tales datos se expresarán siempre en
el horario peninsular español. Al final del texto hará figurar la palabra FIN, con mayú sculas.
Ello evitará que una transmisión interrumpida sea dada por completa en la Redacción
central.
SECCION 2: Normas específicas
Los textos que se publican en EL PAÍS son, a rasgos generales, de seis tipos:
— Noticias.
— Reportajes.
— Crónicas.
— Entrevistas.
— Artículos de opinión y análisis.
— Documentación.
SECCION 3: Noticias
2.31. Pirámide. En un texto informativo, el uso de la técnica de la pirámide invertida (de
mayor a menor interés) es conveniente, pero no obligatorio. Siempre se ha de comenzar
por el hecho más importante, que estará recogido, a su vez, en el título. No obstante, el
párrafo siguiente puede constituirlo una frase que explique la entradilla o contenga los
antecedentes necesarios para comprender el resto del artículo, rompiendo así la relación
de hechos. Lo mismo puede ocurrir con párrafos sucesivos.
2.32. Entradilla. La entrada es el primer párrafo de la noticia. Esté difer enciada tipográficamente
o no, contendrá lo principal del cuerpo informativo, pero no deberá constituir
un resumen o un sumario de todo el artículo. Ha de ser lo suficientemente completa y
autónoma como para que el lector conozca lo fundamental de la noticia sólo con leer el
primer párrafo. De él se desprenderá necesariamente el título de la información. Su extensión
ideal, unas 60 palabras.
2.33. El primer párrafo no debe contener necesariamente (aunque sí es conveniente) las
clásicas respuestas a las preguntas qué, quién, cómo, dónde, cuándo y por qué. Estas
seis respuestas pueden estar desgranadas a lo largo de la información —lo cual requerirá
dos o, quizá, tres párrafos—, pero siempre según la mayor o menor importancia que
cada una de ellas tenga en cada caso.
2.34. Hay algunas formas de entradilla totalmente nefastas:
— Una larga cita entrecomillada, que obliga al lector a esperar varias líneas para saber
quién es el autor de la frase. Ello desvirtúa el entrecomillado, puesto que no recibe el
valor que implica saber quién lo está diciendo. Sólo es válido este recurso —y aun así,
poco recomendable— cuando recoge una frase breve y contundente: “Es espantoso, está
muerto”, sollozó Carmen Serna al acariciar el cuerpo de su marido.
— La entradilla de estilo notarial de narración (descripción puramente factual de
hechos). Un ejemplo es el siguiente: “El Consejo de Ministros decidió ayer, 30 de diciembre,
conceder una ayuda de 1.000 millones de pesetas para los damnificados por las
últimas inundaciones…”. Esta fórmula ha de ser sustituida por algo más imaginativo,
donde se destaquen las consecuencias de los hechos; así: “Los damnificados por las
últimas inundaciones podrán reparar sus casas sin recurrir a créditos bancarios, merced
a la ayuda aprobada ayer por el Consejo de Ministros, que consiste en subvenciones de
1.000 millones de pesetas”. Otro ejemplo: “El nuevo primer ministro japonés, Toshiki
Kaifu, llegó ayer a Bonn, primera escala de su viaje de nueve días por Europa”. En su
lugar puede escribirse: “El primer ministro japonés, Toshiki Kaifu, se estrenó ayer en
Europa con un viaje a Bonn, el primero de una gira por el continente dedicada a explicar
su política sobre el Este”.
2.35. Una información no debe comenzar con un adverbio o locución adverbia l —
excepto el adverbio ‘sólo’ si su cambio de orden modificase el sentido— ni con un
complemento circunstancial. No porque sea algo incorrecto gramaticalmente, sino porque
dificulta la lectura precisamente en el momento en que ha de producirse el enganche
del lector. Posteriormente, en otros párrafos puede emplearse cuidadosamente este recurso
para variar la estructura de las frases y no hacerlas repetitivas.
2.36. En una noticia (no así en un reportaje) es conveniente escribir primero el titular,
porque ello facilita la redacción de una entradilla directa y concisa. Redactores y corresponsales
deben entregar sus textos encabezados por un título, independientemente de
que éste pueda ser modificado después en el proceso de edición.
2.37. Cuerpo informativo. El cuerpo de la noticia desarrolla la información con todo
tipo de elementos complementarios; incluye los datos que no figuran en la entrada, explica
los antecedentes y apunta las posibles consecuencias. Esto no significa que se puedan
incluir opiniones partidistas o juicios de valor sobre lo que se narra.
2.38. Entrada y cuerpo de una información no deben superar, salvo casos excepcionales,
las 900 palabras. La narración de los hechos y de los datos ha de hacerse sin pretender
contarlo todo a la vez. Hay que buscar una cadencia que no dé la sensación de barullo.
2.39. Siempre ha de escribirse cada párrafo de una noticia como si fuera el último. Al
término de cada párrafo, la noticia debe tener unidad en sí misma; no puede quedar coja
o falta de alguna explicación. Esto permitirá cortar y reajustar el texto sin problemas y
con rapidez en el caso de que sea necesario. La entradilla de una información de tres
folios debe servir también para una cuña de 12 líneas justificadas.
2.40. El principal objetivo al escribir una información es mantener el interés del lector
hasta el final. Para ello hay que unir con suavidad, mediante las partículas apropiadas,
las ideas afines.
Cada parte de un artículo, reportaje o crónica ha de ser consecuencia lógica de la parte
anterior.
2.41. Ningún párrafo debe constar de más de 100 palabras.
2.42. Edición. EL PAÍS no es sólo un diario de información general, sino una agencia
de informaciones (el Servicio de Noticias), un semanario (la Edición Internacional, que
se vende en países de los cinco continentes), una base de datos, utilizada también por
otros medios informativos, y un servicio de documentación con una colección de microfichas.
Por tanto, una misma información puede ser leída en Salamanca, en Madrid, en
Barcelona o en Buenos Aires, ser vendida a un periódico de Nueva York o quedar archivada
para consultas que se realizarán dentro de tres, cinco o quince años. Así pues,
hay que escribir con la mentalidad de explicar lo que ocurre sin olvidar describir detalles
importantes para la correcta comprensión de quienes no conocen directamente el
asunto.
2.43. Un texto informativo debe explicarse en sí mismo. Ha de estar concebido de manera
que el lector no necesite recordar los antecedentes para comprender la información
que se le ofrece. No todos los lectores han comprado el periódico el día anterior, y si lo
hicieron es probable que no leyeran todos los artículos. Cada noticia debe ser escrita
como unidad informativa, sin sobreentenderla ligada a otros textos, ni siquiera cuando
figuren en la misma página (despieces o documentaciones).
2.44. Hay que ofrecer al lector todos los datos necesarios para que comprenda el entorno
de los hechos que se narran. El número de habitantes de una localidad es un dato fundamental
en cualquier información que se refiera a ella. No basta con informar de un
cierre de comercios en una localidad en protesta por un atentado, por ejemplo. Habrá
que detallar cuántos comercios tiene esa población y cuántas personas están empadr onadas
en ella.
2.45. El rigor del dato es fundamental en las informaciones. No basta con escribir que
un grupo de agricultores ha tomado el Ayuntamiento; habrá que precisar de cuántos se
trataba. Si se informa de unas jornadas de estudio, se debe especificar el número de asistentes,
los países o regiones de los que proceden. Si se escribe ‘los alumnos de tres facultades
han protestado por…’, debe precisarse cuántos son en total los estudiantes afec26
tados y cuántos de ellos han suscrito la protesta. Si se indica que ‘las asociaciones de
vecinos de la localidad han difundido un comunicado’, habrá de señalarse si son todas
las asociaciones, o cuántas de ellas, y a cuántos vecinos representan del total de habita ntes.
En lugar de describir a un personaje como un hombre alto, será me jor precisar que
mide 1,90.
Los mismos criterios han de aplicarse para asambleas, concentraciones y reuniones masivas.
2.46. A la hora de informar sobre hechos de matiz político acaecidos en un municipio es
primordial ofrecer la composición del Ayuntamie nto y citar el partido al que pertenece
el alcalde. No es lo mismo una actitud vecinal de protesta ante una medida del Gobierno
central o del Gobierno vasco, como ejemplos, si los habitantes son mayoritariamente
electores del PSOE (en el caso de que ése sea el partido en el Ejecutivo central) o si
dieron sus votos al PNV.
2.47. Las informaciones deben personalizarse; la profesión o cargo que desempeña el
protagonista de la noticia, su edad, estado civil y demás circunstancias personales son
eleme ntos noticiosos de primer orden.
2.48. La fría relación de personas asistentes a un acto raramente interesa, salvo que sea
significativa en un caso muy concreto (véase el apartado 7.14 del Manual).
2.49. Cuando en una noticia se mencione una sociedad u organizació n cuyos fines sean
asistenciales, de protección o ayuda, o se anuncie un acto público de iguales características,
la dirección de la sede o del local donde vaya a celebrarse tal acto deberá incluirse
en la noticia, escrita entre paréntesis, como un dato informativo más. Nunca cuando
pueda suponer una convocatoria por parte del periódico o parezca publicidad encubierta.
2.50. Los ejemplos de distancia entre dos puntos se pondrán con ciudades españolas,
expresados en kilómetros por carretera; y en kilómetros en línea recta, a partir de una
ciudad española, cuando el caso sobrepase los puntos extremos peninsulares. Esta norma
es válida incluso en temas extranjeros o escritos por un extranjero; al lector medio
español no le dice nada la distancia que hay entre Nueva York y Baltimore, o entre
Moscú y Samarcanda.
2.51. Manifestaciones. En las manifestaciones de asistencia fácil de calcular (centenares,
algunos millares) hay que incluir directamente el número de participantes, al margen
de dar también las cifras facilitadas por la policía o los organizadores.
En las grandes manifestaciones, el periódico ofrecerá un cálculo propio, pero siempre
explicando el mecanismo utilizado (preferentemente, el espacio ocupado por los manifestantes,
multiplicado por una media de personas por metro cuadrado). Esto no impide
aportar también los cálculos de los organizadores y la policía, a ser posible con la fórmula
que han empleado a su vez.
2.52. Los breves. La mayor o menor extensión de una noticia no puede afectar a las
normas generales recogidas en este Libro de estilo. Sólo en el caso de las columnas o
bloques de breves, y sólo también cuando se trata de breves con título engatillado, caben
las siguientes excepciones:
- Estas noticias no se datan. Ahora bien, el nombre, la s iniciales o la sigla de la fuente
han de figurar al pie, todo en versalitas y sin punto final en la firma. - Texto y firma van separados por un punto, una raya (¡no un guión!) y un espacio en
blanco. - Nunca se escribirá el nombre completo del autor de un breve, sino sus iniciales (con
punto y cuarto de cuadratín entre cada letra). - Los títulos han de ser lo más escuetos posible —lo ideal es que no sobrepasen una
línea de composición—, pero nunca se sacrificarán la sintaxis castellana o su comprensión
informativa. No pueden suprimirse, por tanto, artículos o preposiciones.
Si el título corregido está en negra, las palabras que, en aplicación del Libro de estilo,
hayan de ir en cursiva se escribirán en negra cursiva, no con comillas simples.
2.53. Cuñas. Este tipo de noticias breves se concibe como un recurso para el ajuste de
las páginas y sirve para facilitar noticias de importancia muy secundaria o incluso anecdótica.
Para su redacción y composición han de tenerse en cuenta las siguientes reglas : - Las cuñas no deben exceder de 12 líneas de composición, constan de un solo párrafo
y carecen de titular. - Al redactar una cuña conviene tener en cuenta que las dos o tres primeras palabras del
párrafo hacen las veces de titular y que hay que escribirlas con esa intención. Ese título
se escribirá en negra o negra cursiva, de acuerdo con las normas para el empleo de los
tipos en cursiva. - Las cuñas no se datan. Ahora bien, el nombre, las iniciales o la sigla de la fuente han
de figurar al pie, todo en versalitas y sin punto final en la firma. - Texto y firma van separados por un punto, una raya (¡no un guión!) y un espacio en
blanco. - Nunca se escribirá el nombre completo del autor de una cuña, sino sus iniciales (con
punto y cuarto de cuadratín entre cada letra). - Nunca se sacrificará la sintaxis castellana a la brevedad. Es decir, no se pueden suprimir
artículos o preposiciones de manera que el texto parezca redactado en estilo telegráfico.
