La cara cambiante del Diseño Gráfico

Durante muchos años, las artes gráficas han estado divididas en dos espe­cialidades. Por una parte, están los que trabajan en las imprentas y se encargan del «acabado», es decir, corte, plegado, encuadernación, etc. Por otra parte, están los que suministran las obras para imprimir: los diseña­dores gráficos. Desde principios de la década de los ochenta, el trabajo de los diseñadores gráficos ha evolucionado desde la composición mecá­nica de una maquetación básica sobre la que el departamento fotográfico de la imprenta colocaba las imágenes relevantes :\lasta la producción de archivos digitales que contienen absolutamente todo lo necesario para el trabajo.

La digitalización ha supuesto un desarrollo de enorme importancia. Aun así, aunque los métodos utilizados para producir archivos digitales siguen evolucionando a pasos agigantados a medida que van aparecien­do en el mercado nuevas versiones de las diferentes aplicaciones infor­máticas, el diseñador y el impresor han permanecido; por lo general, cada uno en su campo de especialización definido por tradición. Como resul­tado de ello, muchos de los requisitos físicos del proceso de impresión son desconocidos justo por parte de las personas que más los tendrían que conocer, es decir, los diseñadores gráficos.
Al principio de la aparición de la producción digital, este desconoci­miento solía significar que los diseñadores gráficos sufrían una intensa ansiedad mientras esperaban a ver cuál era el aspecto real de su trabajo una vez impreso. Los colores podían cambiar, las imágenes se veían mucho peor que en pantalla y aparecían errores antes no vistos.

En lugar de mejorar con el tiempo, estos problemas empeoraron de forma terrible durante los primeros años del nuevo milenio. Los impre­sores empezaron a exigir que enviaran los trabajos a imprenta como archivos PDF (portable document format) en lugar de en el programa
·  original con el que habían sido creados. Aunque esto ha facilitado las cosas para los impresores, es muy dificil, cuando no imposible, editar archivos PDF. Por tanto, los impresores casi nunca pueden solventar erro­res producidos de forma inconsciente, además de que la naturaleza de apoyos económicos, con lo que acabó en bancarrota. La primera vez que . se combinal’en ilustraciones con füentes fue cuando Albrecht Pfister

imprimió Edelstein, que presentaba toda una serie xilograñas, en 1461. Quince años más tarde, en 1476, William Caxton empezó a imprimir en Inglaterra usando tipos de fuentes que imitaban la escritura a mano de un monje y, a finales del mismo siglo, ya se imprimían libros en 250 ciu­dades europeas. Sin embargo, a principios del s.xvn, el descubrimiento del poder de la palabra impresa provocó una fuerte oposición por parte del Parlamento y la Iglesia. Las cosas se agravaron en 1637, cuando se apro­bó una ley que limitaba el número de impresores en Inglaterra por decre­to. Luego, la creación de la Licensing Act obligaba a que todo el material impreso fuera aprobado por un censor oficial. Con sanciones que incluían multas, prisión, confiscación de equipos e incluso la muer­te, este intento de preservar la estructura de poder existente tuvo un alar­mante éxito. Como resultado de ello, a finales de siglo sólo había veinte maestros impresores en Inglaterra, dieciocho de ellos trabajando en Londres. Debido a este tipo de inicio salpicado de obstáculos, es increí­ble que la imprenta sobreviviera. Sin embargo, como la pluma, la. página impresa ha demostrado ser más fuerte que la espada. Por eso, hoy en día se toman tan en serio la «libertad de expresión» y la «libertad de prensa». 

Durante siglos, el único tipo de impresión comercial disponible era la impresión tipográfica, un proceso en ·el que un molde relleno de carac­teres de metal se untaba con tinta y luego se presionaba con él sobre una hoja de papel, con lo que la imagen se transferfa.a dicho medio. Luego, a principios de la década de 1830, se inventó la fotograña, lo que abonó el terreno para todo tipo de cambios, incluyendo nuevos métodos para crear las imágenes utilizadas en la impresión tipográfica y, tiempo después, en la litografia offset. La litograña offset, usada por primera vez a princi­pios del s.xx, tardó unos sesenta años en arrebatarle el mercado de la imprenta a la impresión tipográfica, un mercado sobre el que todavía se peleaban a principios de la década de 1960. Incluso a finales de la década de 1970, no era nada raro encontrar una imprenta tipográfica en cualquier esquina de una imprenta offset.

¿Cómo se llevó a cabo esta revolución? Al principio, a través de la pro­ducción de imágenes en lugar de tipos. Los impresores deseaban abandonar las xilograñas y grabados meramente ilustrativos a favor del realis­mo. Pero, igual que sucedía con las xilograñas y los grabados, el proble­ma era cómo crear todos los tonos de gris usando sólo un color de tinta, es decir, el negro. Sabían que podían conseguirlo a través de una ilusión óptica, ya que las líneas finas de una xilografía aparecían gris claro, mien­tras que las líneas más gruesas se veían más oscuras. Por fin, en 1890, des­pués de bastantes años de experimentación, el americano Frederick Ives ideó un método que permitía que todo el proceso fuera fotográfico. Grababa una retícula de finas líneas horizontales y verticales sobre una lámina de vidrio. La imagen se proyectaba a través del vidrio sobre la cara de la emulsión de una película sin impresionar. Debido a que la imagen no podía pasar a través de las líneas grabadas, rebotaba entre ellas, de forma que lo que llegaba a la película no era una imagen de tono conti­nuo (es decir, todos los matices de gris entre el blanco y el negro) sino puntos de luz de distintos tamaños. El resultado se denominó fotogra­bado. Una zona oscura de la imagen original producía un gran punto de tinta negra y.una zona clara producía uno pequeño (fig. 1.1). Sin embar­ go, había otras etapas antes de que la imagen llegara al papel.

Al principio, las películas con imagen se utilizaban para realizar expo­siciones sobre planchas de cinc o cobre que se .cubrían con una emulsión  sensible a la luz. Luego se grababan al aguafuerte y se montaban sobre blo­ques de madera, en general roble o caoba, para usarlas en la impresión tipográfica igual que se había hecho con las xilografías o los grabados. La superficie del bloque ?a imagen) se empapaba con tinta, pero no el fondo, debido al grabado.
La creación de una imagen de semitonos en un bloque de impresión tipográfica o en una plancha de litografía offset depende de casi el mismo proceso. La luz reflejada en la imagen original (A) viaja a través de una pan-talla (B} y produce puntos de semitonos de diferentes tamaños sobre una hoja de película (GJ.Este ejemplo muestra una película negativa con pun­tos claros sobre un fondo negro. El resultado del uso de una película posi­tiva sería un punto negro sobre un fondo claro. La imagen de la película se transfiere a la plancha (D) a través de una exposición por «contacto», durante la cual hay que juntar con firmeza -ambos elementos.
A fin de conseguir puntos de semitonos más claros y consistentes, la industria gráfica tuvo que idear un nuevÓ tipo de película. La emulsión utilizada no tenía que crear tonos de gris porque eso produciría puntos de límites borrosos,y los puntos de semitonos deben ser definidos y cla­ros. Si los límites quedaban borrosos, nadie podía determinar el tamaño del punto resultante. Por eso, los materiales de impresión, como las plan­chas o la película, funcionan en una especie de forma binaria, sí o no. O hay un punto claro en la película o no lo hay; o hay un punto de tinta en la plancha o no lo hay; o hay un punto impreso en el papel o no lo hay . Literalmente, no hay zonas grises. Ello se debe a que para producir un tono de gris es necesario utilizar tinta gris o el blanco del papel asomán­dose entre todos los puntos negros, con lo que se crea la ilusión de gris cuando se ve desde una cierta distancia. Todo se consigue gracias a una ilusión óptica. Por suerte, los diseñadores gráficos sólo deben ser convin­centes, algo muy importante que recordar. En una imagen impresa, si nos acercamos lo bastante como para ver los puntos, dejaremos de ver la ima­gen, por lo que la ilusión óptica desaparece (fig. 1.2). Sin embargo, cuando dejamos de ver los puntos (porque son demasiado pequeños o nos encon­tramos lo bastante lejos) sólo vemos una imagen (bastante convincente)

Avances en la composición tipográftca

Pura ilusión. Nuestro trabajo consiste en m?ntener la ilusión tanto como sea posible. (El fotolito es completamente insensible a la luz roja, lo que significa que el tecnico puede mampularlos en el cuarto oscuro bajo una luz roja para poder ver).
A pesar de este gran salto en la producción de imágenes fotográficas, la litograña offset, aunque iba ganando terreno, tuvo que esperar entre bam­balinas hasta la segunda mitad del s.xx, cuando se desarrolló una nueva tecnología para la producción de tipos. Las letras individuales de metal y madera de la impresión tipográfica quedaron relegadas por la rápida y limpia Selectric de IBM (una bola con los tipos impresos), la transferencia en seco de Letraset (y otros) y las primeras máquinas de fotocomposición.
La fotocomposición se inventó en 1949, aunque no arrancó hasta la década de 1960. Estos dispositivos mecánicos, que funcionaban en el cuarto oscuro, proyectaban la imagen de las letras, una tras otra, sobre una tira de papel fotográfico. Los espacios entre letras se controlaban de forma manualhasta la aparición del espaciado automático en sistemas como-la Mom>typ-e-Sfüdio Letfering Machine a principios de la década de 1970, una máquina de componer lo bastante versátil para componer tipos de 3mm a 128mm de altura.
Por fin, los ordenadores entraron en juego cuando diversos fabrican­tes. desarrollaron híbridos de composición tipográfica en parte digitales y en parte mecánicos. Los tipos se ajustaban a través de un teclado de ordenador y una pantalla monocolor de tubo de rayos catódicos (CRT), y se codificaban igual que el HTML. Si deseabas que la siguiente línea de tipos apareciera en negrita, había que introducir primero el código que indicaba «inicio negrita», luego la línea de texto y luego el código que decía «final negrita». Las máquinas Linotype y Compugraphic contenían una rueda con cuatro tiras de películas, cada una con el juego completo de caracteres de una fuente concreta (lo que no significa, por ejemplo, toda la familia Helvetica; Helvetica Bold es una fuente y Helvetica Bold Italic otra). La rueda giraba a gran velocidad y, cuando la letra adecuada pasaba ante una luz estroboscópica, la luz disparaba. El haz de luz atrave­saba la letra y uno de los cinco objetivos de un portaobjetivos giratorio, luego un prisma que lo proyectaba sobre un rollo de papel fotográfico. Al final, el papel llegaba a un contenedor resistente a la luz, de forma que pudiera extraerse y transferirse a una procesadora. El resultado era una galera de tipos, a veces de unos cuantos metros de longitud.

Por supuesto, hoy en día los ordenadores se encargan de todo, no sólo de la producción de tipos, sino también de la creación y edición de imágenes,

aunque ello no significa que el cuarto oscuro de un impresor sea algo del pasado. T-aLcomo se ha mencionado.antes, las cosas cambian despacio en las artes gráficas. Los desarrollos punteros de hoy en día pueden todavía tardar varias décadas en ser de uso general. A pesar de los últimos avan­ces, sobre todo en el área de la imp:i;:esión con grabación directa a plan­cha (cTP), todavía hay miles de imprentas en el mundo que utilizan sus cuartos oscuros a diario. El uso de pelícufa todavía es «normal». También es interesante destacar cómo, en sólo unos pocos años, hemos pasado de una situación en la que «quien tiene más fuentes gana» a «quien tiene más fuentes; simplemente tiene más fuentes». En la época de las máquinas de fotocomposici6n Linótype y Cornpugraphic, una sola tira de película de fuentes costaba alrededor de unos 150 €. En aquel tiempo, disponer de una extensa biblioteca de fuentes eran palabras mayores. Sin embargo, en la actualidad hay sitios web desde los que es posible descargar fuentes gratis. A pesar de ello, hay que tener cuidado con las súper ofertas de millones de fuentes por un pavo porque pueden contener no sólo fuentes de muy mala calidad, sino algunas que pueden arruinar todo el sistema.

forma rno. de Apple fue «TrueType». la primera Apple de las comercializtres en encontrar una solución en Microsót a cambio de la   nueva tecnología
De esa forma del que hecho este dsee guque ndo egran staba cnología repleta desarrollo don de de errores PostScript, en aquel Truelmage tiempo)entre Microsoft y Apple.

 

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