las formas creadas, que proceden de los parrones de la geo metría, no son casuales . ni arbirrarias, Di tampoco son «inocen tes>>, sino que todas las formas existentes obedecen a dertas leyes maremáticas y geométricas de la naturaleza . Nuestra hipó tesis de rrabajo se basa en la idea de que los parrones geométri cos elementales son elememos inteligentes y úúles, o sea, dig nos de ser empleados para nuescro desarrollo, para la elevación de nuesrro grado de condenda y para la exploración espir irual.
Decimos que la geometría es un fenómeno mteligente en sí mism o, que cada poligono y cada trazo contiene prindpios activos, prinapios que «siempre» indden sobre cualquier ente vivo; argumentamos que la geometría puede ser, en definitiva, un agente terapéutico tan digno de investigar y emplear como cualquier OLio. Aportamos el descubrimiento de que los parro n es armónicos y matemáticos forman parte de nuesrra consri tudón. No obstante, más allá de conocer un poco más a fondo las características de ese prindpio básico de la vida (por eso también se le ha llamad o geometría sagrada) , ]a ünalldad úlLi rna de este libro es realmente transmitir a rodo ser human o que los prin cipios activos que contienen los polígon os geomérrj cos y los símbolos gráfkos pueden ser u tilizados a conciencia y :.xperimcrnados por cualqu1era de nosorroc;, podemos t!Xtraer de ellos el max.tmo provecho c;anador para la humanidad La.l como loe; hombres ht!lllo · hecho hasta ahora con la fuerza sana dora de las plantas. de los animales y de los rmnerales. pero, sobre todo, podemo s exrraer de ellos una gran fuerza de evo ludón, de condendación y de desarrollo espiritual.
Los seres humanos estarna eternament e rodeados de for mas y de símbolos: los oumeros. el abe{:cdario. la publicidad. el arte que reposa en nuestras paredes, los ángulos arquitectóni cos de nuesao hábitat , las curvas que desprenden las flores. los árboles. las órbitas de nuestros átomos…Todo, absolutamente todo, es forma, figura, número. proporción. código.
y en rodas las formas existen tes. en cualquier cosa creada. reposa la luz visible. Por lo Lauro, toda forma c.xjstente des prende también una vibración cromática. El ser humano vive dcnrro de la luz y. como hemos visto hasta ahora. los colores que se derivan de ella. o que se reflejan en cada objeto, nos afec LlD energéticameme, nos nurren o no aheran.También bemos descubierto que todo lo que hay a nuesrro alrededor son ondas, fuerzas. radiadones. energía que nos i.nflU)’e. Pero los seres vivos también estamos influidos por las formas que nos rode an y por Jos campos de fuerza que desprende cada arista, cada ángulo y cada curva.
La verdadera inddenda de ese facror sobre cada person a, la
supuesta acción terapéuuca de la geomerría, es aún desconoci da, desde luego. pero se perfLia como un asunto de gran mag nitud y con mucho fururo, dadas las expenencias realizadas hasta ahora; por tanto, entrar en ese esrudio requiere algú:o esfuerzo, ciertam ente, pero sobre todo requiere una buena dosis de flexibilidad mental, de apenura a diferentes campos Y de una buena capaadad de asodació n de ideas. Y también reqwere humildad y ecuanimidad para poder explorar ampliamente e:.os grandes valore!> naturales. lntellgemes ) al mismo tiempo ra.n ..uule .
La c.apacidad para comprender esos LOncepto . apareme meme tan ab..tractos. e una capaddad natural y totalmente inherente a Ja intdigenCJa medja de los seres humanos. ya que la geometría esta tmplíctta en la naturaleza y nosotro ..somos naturaleza. Por tanro, la propia geomecría la tenemos en nues
tro mrer10r La sahiduna r las capaddades médicas que contie
ne la geometría están en nuestro ser. así que tan sólo tenemos que sentirlo. recordarlo o ex’Perimemarlo. Experimemar la geo metría es. en todo caso, la propuesta del Sistema Gcocrom .
Los efecto<; que ej ercen las distintas clases de energia y las difcrcmes formas que nos rodean (sean patrones angulares o circulares, simétricos o asimétricos. formas armórucas o caóti cae;) son efectos aparentemente invisibles. Sin embargo. pueden expenmema.rse. y no sólo a través de la Geocromoterapia
-existen otros métodos paralelos que emplean frecuendas
similares a las de lo Hltro Geocrom. Que. dentro de los cáno n es de la denda ) de la medicina ofidilizada. esas fuerzas no visibles (como las ondas eléctricas, sonoras…) -esos elemen tos generadores de energía- no se hayan valorad o aún. o no e hayan estudiado o cua ntificado como debería hacerse, ni se haya profundizado sobre el valor imrínseco de la geometría pura. ni del poder de los arquetipos gráficos. ni tampoco de los principios acrh·os de los colores ni de las fuemes de luz. ni de la fuerza penctranre de la mente. así como tampoco del valor rerapéuúco de los onidos y de orros elememos vibratorios. todo ello no signifka que dichos elementos no sean útiles para nuestra evoludón. o que no sean utilizables ime]jgeme y cons ciemem cme para nuestra curación psíquica .orgánica o anímj ca. Simplemente sigrufica que hasta ahora no se han observado
o estudiado esos pmenoales vibratorios; revela que la geome tría, por ejemplo, no se ha ren1do aún en cuen ta como «factor impon.ante». ni como un elemento equilibrador. terapéutico. activo. o como una energía aprovechable.
Dicho de orro modo. durante el largo proceso que ha reco
rndo la human1dad hasta ahora (en especial en el terreno de la medidna), hasta el momento, no ha e:<tsudo la costumbre de e»<plorar. oi teórica ni e.xpcrtmcntalmente. por ese extraño camilla de «todo lo que es inv•s•ble»; aún no sabemos mucho de los campos mórficos, de los valores matemáucos ime]jgen tes. de las radiaciones y de ondas sutiles que emite cada ángu lo. ni deJa sintonía o resonancia entre esas fuerzas y nosorros.
Los hombres y las mujeres. durante muchos siglos, hemos preferido investigar tranquilamente (y explotar obsesivamente) los productos derivados de nuestra tierra visible. las plantas, los minerales, los animales y tal vez la luz del sol (aunque la sode dad médico-comeraal nos atemorice o nos niegue hoy el pri vüegJO de esa gTan energía vivificante del sol) y aprovechar todo eso que <{Vemos y tocamos>). observándolo, estudiándolo y explotándolo para ouesrra curadón, expansión. benefido y evolud ón. Posiblemente. cl c;er humano tampoco estaba prepa rado para integrar esas otras vibraciones mucho más sutiles, esas fuerzas energéticas menos densas y más penetrantes. Has ta este siglo XXJ el er human o aún no estaba realmente «dis puesto>> o preparado espiritualmen te para asimilar esa nueva forma de energía (la geomcrría y sus campos mórfkos) ni ram poco lo estaba memal, fisiológica, energética. ni socialmente. Del mjsmo modo que muy probablemente en el siglo m tam poco hubiéramos sabido emplear la energía eléctrica ni hubié ramos sacado el máximo parLido a la energía mecánica.
Ha llegado el momento de comenzar a emplear coheren-
tememe. mtluso t!n dtstmws campos de acdón -ya sean médi cos. acústicos o hwnan.isoc.:os-. todo eso potenciales encrgé ucos, esos nuevos paradigmas (aunque son tan anoguos como landa nmma), en e!>peaaJ la fuerza de la geometría. puesto que el efecto del color c)bre el er Vlvo ya es algo basLante conoctdo
stones existentes). Los polígono s plan;::,..,, esLa.s formas de pnmer orden, tontienen rodas las demás formas, incluso curvas irre gulares y abiertas, formas ca.óucas e inarmónicas; lo doce polí gonos nombrados son como el patrón original de la realidad,
>:.U lenguaje primordial y energético de expresión .
A través de estas formas primigenias, a rravé.s de ese len guaje simbólico de la geometría (todos los lenguaJes existen res son simbólicos…). se ma.ntfiesta el espacio uirrutado, roda lo creado. Dicho de orro modo . el Tao. o Dios. la fueme de rodas las cosas ma.n.ifiesra su verdadero ser profundo. su poder crea dor y su acciÓ’n moduladora de formas y de realidades median re ese simbolismo formal. mediante el lenguaje geométrico.
Toda gramática, coda palabra. cualquier lecra, tiene su sig nificado, su código. Como en los primeros capítulos. volvemos al poder de la comunicaáón, a los códigos y a la información . Pero ¿qué es en realidad la «mformaoón» ? ¿qué ópo de códi gos maneja la gran realidad cósmica, y qué códigos contiene nuestra pequeña realidad biológica y psicológica ?Tal vez aún no sepamos definir bien el concepto «código». pero podemos empezar a intuir que, para que un opo de información se rrans míra, debe ser ordenada y coherente. Se necesita un lenguaje, la ordenación de distintos signos. unos patrones. modelos o pautas. Toda información. para que se rransrnira comprensible mente, necesita de un programa que recodifique, que traduzca los códigos y que cree las imágenes y las palabras, que cree rea lidades y propósitos.
8ser humano. a lo largo de la historia, ha urilüado la simbo
logía como el gran medio de comunicación con las fueras abs tranas primigenias . Los arquetipos y los símbolos actúan real mente como un pueme entre dos realidades. Este puente. el lenguaje simbólico. posihÜHa la comumcaaón emre lo que Ua-
- al menos. más popular. aunque según mi modo de ver ram
poco hemos sabtdo emplearla en su máximo pmenaaJ.
La fuerza tnhcrcme que conoene cada polígono geométrico la comemplaremos hoy. } será vista ahora como la <<matriz» de otras realidades. de otras formas menos regulares. Mediante eJ rudto de la geometria (sagrada. profana o natural) uno pue de explorar las propordones, los parrones repetitivos y las pau tas matemáticas que sigue la naturaleza para crecer (incluso en la btología humana) y ver el hilo común de t odas las formas. ver las marrices, los modelos energéticos. su lenguaje prop1o,
ver los códigos e improntas de energía que conJle,ran los arque
tipos geométncos. Jos cuaJes hor me atrevo a afirmar que real mente contienen la informadón más pura de todo cl proceso creador del umver o.
Todas las forma existentes contienen un lenguaje oculto. Para aprender eJ lenguaJe misterioso de las formas. uno debe comenzar a perdbir las «formas madre», los triángulos. cua drados. pentágonos. exágonos, hepcigonos. octógonos, eneá gonos. decágonos, undecágonos. círculos. óvalos. espirales… las primeras formas que delimitan el espado de una forma regu lar, simétrica y comprensible. Esas formas madre están agrupa das en lo que se conoce como geometría euclidiana.
Lo polígonos primigenios son como las primeras letras del abecedario formal (las vocale_c; y las consonantes, que lue go se combinarán entre si para crear el resto de formas y expre
mamos divinidad y nosotros_ Con cada arqueupo accedemos a un diálogo que revela ocra realidad mucho rruis sutil que la nuestra
El arquetipo comiene una esencia imemporal . El símbolo
no es una «abrevtat ura» de la realidad, sino que es un medio para insta..larnos en esa realidad_ El símbolo. cada arquetipo. es portador de conocimiemo. Los polígonos de la geomet ría. por ejemplo, son un lenguaje a.rquecipico que reconstruyen la cone xión perdida enrre cJ hombre y el cosmos.
Así, los entes numéricos. las proporciones matemáticas y
cada parrón de la geometría, puede ser un lengua¡e de la medi cma o lD1 arte curativo. El círculo, por un lado, y los polígonos, por otro. simbolizan dos aspecws fundamental es de la creación : la unidad y su manifestación. De la relación emre estas figuras, el círculo (la forma única y completa) y los polígonos (manifes taciones angulares, lineales y temporales de la forma completa y cíclica) simbolizan lo eterno y lo temporal respectiva.rm:nte.
Cada arquetipo geométrico es como una imagen de sime sis. Un polígono agrupa y contiene unamformaci ón determi nada y única . La plasmación o la utiliza ción a conciencia de estas figuras geométricas sobre nuestro campo de energía (u:n campo, no olvidemos, que está intimamen te unido al gran campo holográmico universal). crea u:na dialécti ca enrre lo sublime y lo concreto, entre lo abstracto y lo mamfiesto. emre
c1 cielo y la tierra, entre el espíriru y el cuerpo.
Cada polígono procede del círculo, del arqucupo comple to y eterno, del mandala de la creación.Cada letra del abeceda rio es tambi én una part e de la «idea» de la creación . un a parte de su completitud.Thmbién La vida misma es un a tircunvala ción, en la que siempre se alterna la huida de uno mismo con la búsqueda personal.
la geometría sagrada y la geomerría profana (la geomerría
que está en todas parte ·. caóuca o coherente, armonica o des cstabilizante, sanadora o patologtca .. la forma. el mundo de maya), la energía que contienen wdas esas figuras de la geo metría, es u:na compleja fuente de informaoón y todo UD mapa topog ráfico que, de hecho, como LOdo mapa. nos devuelve la lucidez, el camino a segutr, la pauta, la guia )’ la matriZ del orden de la existenaa rrumta .
No importa que consideremos estas pautas de la geometría
como sagrada y perteneciente aJ mundo de lo cüose . o que por el contrario tengam o una visión de la geometría puramen te matemálica, científica e incluso de campos de fuerza que modi fican nuestro estado de salud , como ahora decimos. Lo tmpor tante es que la geom etría es el mapa de la realidad misma.
Antes , el hombre (más cercano a la naturaleza. a su instin to y a su imuición) mantenía cierro diálogo con Dios: tal vez era más sensible a la voz de su espíritu.En los ú lú mos siglos de nues cra historia. el diáJogo entre el espíritu de la creac1ón y el hom bre se ha considerado un mito. Sin embargo. hoy podemo ver a la ciencia como un mito de nuestra cultura (y así la defmen los mejores filósofos contemporáneos); la ciencia es un mito tan real como lo eran los espíritus para orras culruras. Un mito uene fuer za sólo cuando lo aceptamos sin discutirlo. que es exactamente lo que hast4 ahora hemos becho con los postulados ctentíficos_
No obstante, tanto los conocimientos de UD mísuco como los de un científico son sub¡cdvos. Los dos perciben y crean (cocrean) la reaüdad desde ópticas distintas: pem la causa de nuestra limitación precisameme es nuescra propia percepción. Los seres humanos tal veJ. creamos ser el cemro de la creación. pero también es cierto que el h ombre encuentra la creación en el centro de si mismo. Hoy proponemos encontnr y experi mentar la geomeoia como parte de nuestro ser.